Reducción de daños en Argentina

Adrian Pietryszyn es el responsable de prensa y comunicación de Intercambios Asociación Civil y de la Conferencia Latinoamericana sobre políticas de drogas y cuenta con más de 15 años trabajando para promover la reducción de daños en Argentina, convirtiéndose en pionero de este trabajo en toda América Latina.  


-El Estado no promueve campañas de concientización, ¿Cómo lo explica?

 -El problema es que como son  drogas que están prohibidas, si el Estado trabaja una política sanitaria sobre reducción de daño es asumir que el consumo de esas drogas existe. Entonces existe una gran contradicción con eso. Ahora que tenemos un gobierno que ha reforzado mucho la cuestión punitiva, la persecución es a los consumidores. 

Lo concreto es que la gente que consume drogas de diseño y que van a fiestas electrónicas, ingiere sustancias que están prohibidas. Esas drogas no son adictivas pero tampoco hay un programa de información respecto de otras sustancias como la marihuana o la pasta base, la que sería primordial porque es la que más consumen los sectores más vulnerables de la sociedad. 

Existe la contradicción entre lo ilegal y lo legal y hasta dónde el Estado asume que eso existe desde una perspectiva que no sea una condena. 

Si querés complicarla mas, tenes el fallo “Arriola”, que busca penalizar la tenencia para consumo personal, como lo penaliza la actual ley de drogas dicho fallo, es inconstitucional. En mi casa, me puedo dar con lo que quiera, pero si me agarra el rati (policía) en la esquina con un porro ya me puede meter en prisión, osea existe una gran contradicción entre las leyes mismas.

PAF (Proyecto de Asistencia en Fiestas), nace en el marco de la Time Warp. Intercambio tiene más de 20 años haciendo reducción de daños, tuvo el primer programa de jeringas, cuando estaban todavía los inyectables y era todo muy fuerte. A partir de Time Warp se conformó un grupo heterogéneo entre profesionales y usuarios. Se dijo: “bueno hay que hacerlo en el ambiente de las fiestas electrónicas” y así se formó PAF.

Intercambio es una ONG que es pionera de daños en América Latina  que es veedora en la ONU y tiene mucha relevancia. PAF es un proyecto  dentro de Intercambio. 

¿Querés seguir sumando a la contradicción? PAF depende directamente de Presidencia de la Nación y del programa de adicciones de la Ciudad. De hecho se hicieron intervenciones en espacio públicos a pedido del Gobierno de la Ciudad. Por ejemplo, para San Patricio. Y también se trabaja en espacios recreativos; en festivales de rock o de reggae, como el caso de buena vibra. De hecho, los integrantes de PAF, están incorporando materiales que tienen que ver con la marihuana, si bien al principio solo se enfocaron a lo que era el consumo en las fiestas electrónicas, ahora se animaron a ampliar su material a todo lo que tiene que ver con los espacios en la nocturnidad.


-¿ A que se refiere cuando dice reducción de daños?

-Quiere decir que vos no estas con una mirada prohibicionista sobre el consumo, sino que asumís que la gente consume y que hay que ayudarla a que los daños del consumo sean menores. Se busca lograr que las situaciones propias del consumo no siga siendo algo problemático. 

Cuando uno hace intervención y tiene un campo donde trabajar la reducción de daños, por ejemplo nosotros que tenemos un dispositivo de reducción de daños en González Catán que se llama “No te Sientas tan Zarpado” donde se trabaja directamente en la escuela con los pibes donde, podés aspirar  a que ellos también generen hábitos de cuidado de la salud frente a los consumos. 

Los jóvenes van a seguir experimentando pero vos le vas a seguir brindando elementos para que ese consumo no se transforme en consumo problemático y para evitar otros daños con mezclas de sustancias.   

En el último tiempo empezamos a incorporar otras realidades a la reducción de daños como lo es el género, cuestiones que se dan también en el ámbito del consumo  en la  nocturnidad, como es el abuso o  la violencia de género. Esto se va ampliando en la medida  que el estar ahí te lleva a los temas, que surgen de los adolescente y de la sociedad. 

Ahora las intervenciones de PAF es más acotado a un boliche. Se lleva a un stand donde se entregaron materiales informativos donde te previenen de un montón de cosas, sobre el consumo de sustancias , recomendaciones de cómo consumir, de no mezclar con alcohol, o de probar con poco. 

Se hace en todo el país, se trabajó en Buenos Aires, Mendoza y Rosario. En Bariloche se está implementando más por el tema de los viajes de egresados. Pero tenemos un tema ahí, necesitamos de los productores que hacen esas fiestas, que avalen y abran las puertas, pero todavía hay muchos que dicen ”traer a PAF es asumir que en mi fiesta se consume sustancias”. 

Pero han estado en fiestas como las de Hernán Cataño. Se armó un stand en las fiestas, con espacio de relajación, dispensers de agua, frutas, golosinas, por si a alguien se le baja la presión o si alguien se mandó alguna pasti con el estómago vacío.

La Sedronar (Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico) apoya este tipo de intervenciones. 


-¿Por que no se oficializó la ayuda?

-El Estado ayuda pero sigue siendo un tema de sociedad civil. 

Sedronar financia la infraestructura que necesitan los proyectos. 

Nosotros nunca hablamos de las drogas, porque se construyen desde un discurso hegemónico. Cada organismo la recibe de una manera diferente, es una gran complejidad el consumo de drogas, y la razón por las que se consumen. Hay alguien que lo ingiere como uso recreativo y  otro que lo hace como una salida. Son múltiples las formas de consumo también, están las personas que generan una dependencia y está el que pasa toda su vida consumiendo sin desarrollar una dependencia. 

Nuestro trabajo nos muestra que el porcentaje de las personas que en base a lo que decías de la SEDRONAR sobre el consumo es alto, el porcentaje que genera una dependencia es bajísimo respecto a la cantidad de consumidores. Entonces cuando se habla del adicto, no se cuenta que el ser humano históricamente utiliza sustancias psicoactivas. Por ahí tienen un origen de consumo de sustancias más relacionado a lo ritual o ceremonial y en la sociedad moderna tomó otro formato recreativo o hasta terapéutico.

En definitiva todos consumen drogas, porque el que te dice que no, si lo escarbas un poquito te das cuenta toma un ibuprofeno o algún tranquilizante. 

La reducción de daños es una visión pragmática sobre esa realidad, asume que la sociedad consume drogas y va a seguir consumiendo, entonces es darle herramientas para que ese consumo no siga siendo problemático.


-¿Cómo se evalúa la reducción de daños? ¿Funcionó?

-Mirá hay indicadores mundiales que dicen que la política de salud más efectiva respecto al consumo de drogas. Estamos hablando de países mas avanzados, como en Europa, que hace más de 30 años que hay salas de consumo supervisado de heroína donde los adictos a una sustancia prohibida van a una sala de consumo del Estado. Esto parte de una política de salud pública de las Secretarias de Salud de cada país. En las salas te van a dar heroína con supervisión médica, con jeringas que se descartan, no se comparten y ahí empezás a evitar el contagio infeccioso. Con esto evitas la sobredosis. Osea nadie que asista a una sala de consumo supervisado tuvo una sobredosis . Es muy diferente al caso de Estados Unidos que tienen un grandísimo problema con la sobredosis de heroína y no saben cómo pararlo, pero tampoco aplican estas políticas. 

Está demostrado que la reducción de daños funciona. A parte es una forma educativa, si a un pibe le decís "no tomes, no tomes, no te drogues" no funciona, porque en la adolescencia también hay una cuestión de acceder a lo prohibido y querer probar, algo muy distinto a advertir y educar sobre lo que le va a pasar dependiendo de que consuma. 

La Asociación Civil Intercambio tiene esta perspectiva, hay muchas otras que no. Lo que más hay son comunidades terapéuticas que le meten el tema religioso y junto a él cierto misticismo para sacar al internado de la droga. Hay denuncias que acusan a estos lugares de violación a los derechos humanos , hace unos años en una comunidad terapéutica murió un joven y un periodista, Pablo Galfre, escribió un libro sobre eso que se llama “La Comunidad”- 


-¿El consumo viene en aumento?-

-Hay pruebas y relevamientos que lo muestran que si. No es solo un problema argentino, está pasando en todo el mundo. Una de las críticas que se le hace al modelo prohibicionista es que se propone un mundo sin drogas y  la verdad que esto fue el fracaso más rotundo, porque no solo aumentó la demanda, sino que la oferta se diversificó, hay más y más consumo. Es un fracaso. La regulación del mercado de drogas es la solución al crimen organizado, como en Uruguay que están proyectando hacerlo con otras sustancias y que tomaron políticas como la reducción de daños. 

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